Columna de Opinión escrita por Gustavo Palma del área de Estudios sobre Historia Local, fue el editorial del Noticiero Maya Kat de la FGER el 9 de octubre del 2012.
Los terribles hechos ocurridos la semana pasada en Totonicapán vuelven a poner en primera plana una serie de situaciones que evidencian lo poco que como nación hemos avanzado en cuanto a la inclusión y participación efectiva de todos los que compartimos este jirón de tierra llamado Guatemala. Pero, sobre todo, al respeto que está implícito en el legítimo derecho a no estar de acuerdo. Lo que nos obliga a escuchar, dialogar, negociar; para construir sociedad sobre bases consensuadas.
Las razones que llevaron a un gran número de pobladores de Totonicapán a manifestarse de la manera en que lo hicieron estuvieron precedidas por otras acciones mediante las cuales plantearon una serie de demandas relacionadas directa e indirectamente con sus vidas. Son reclamos legítimos en la medida que, como guatemaltecos, tienen todo el derecho a expresar su opinión, su desacuerdo y a exigir explicaciones por parte de quienes tienen la responsabilidad de darlas de la mejor manera posible. Sin embargo, y como ha ocurrido en otras ocasiones, la respuesta que les llegó fue de represión y muerte. Que les quedara claro que existen otros intereses, otras agendas que son más importantes que las de ellos y ellas, por lo que tienen que aceptar pasivamente, sin reaccionar de manera negativa, lo que desde fuera se les impone.
Asociación para el Avance de las Ciencias Sociales en Guatemala
Los terribles hechos ocurridos la semana pasada en Totonicapán vuelven a poner en primera plana una serie de situaciones que evidencian lo poco que como nación hemos avanzado en cuanto a la inclusión y participación efectiva de todos los que compartimos este jirón de tierra llamado Guatemala. Pero, sobre todo, al respeto que está implícito en el legítimo derecho a no estar de acuerdo. Lo que nos obliga a escuchar, dialogar, negociar; para construir sociedad sobre bases consensuadas.
Las razones que llevaron a un gran número de pobladores de Totonicapán a manifestarse de la manera en que lo hicieron estuvieron precedidas por otras acciones mediante las cuales plantearon una serie de demandas relacionadas directa e indirectamente con sus vidas. Son reclamos legítimos en la medida que, como guatemaltecos, tienen todo el derecho a expresar su opinión, su desacuerdo y a exigir explicaciones por parte de quienes tienen la responsabilidad de darlas de la mejor manera posible. Sin embargo, y como ha ocurrido en otras ocasiones, la respuesta que les llegó fue de represión y muerte. Que les quedara claro que existen otros intereses, otras agendas que son más importantes que las de ellos y ellas, por lo que tienen que aceptar pasivamente, sin reaccionar de manera negativa, lo que desde fuera se les impone.