29 d’octubre del 2012

Las tres reformas vienen de afuera



El viernes 12 de octubre, un día después de la novena en Totonicapán, el Ministro de Energía y Minas entregó al Congreso de la República un documento para reformar la Ley de Minería. Esa es otra imposición. Los grandes señores entran sin preguntar. Son abusivos. No dan ninguna validez a las 61 consultas comunitarias donde cerca de un millón de personas han dicho que no quieren minas que intoxican y contaminan. La vida no les interesan, menos los pueblos.

Ya la gente sabe que las minas solo dan trabajo a unos pocos y también ha comprobado que provoca enfermedades, que se roba y contamina las fuentes de agua y que trae más conflictos que beneficios. Aún así los ministros de energía y minas insisten en reformar esta ley argumentando que es buena para el desarrollo, pero eso es mentira: lo que quieren es solo dinero. Se estimula más a las mineras que a la economía de los pueblos. Toda la política económica del Estado se basa en fomentar las industrias extractivas. ¿Acaso presentan leyes para elevar el salario mínimo o para reforzar el mercado de alimentos o para resolver los conflictos de tierra? No, a los grandes señores los Pueblos no les importan. Se ponen muy serios y todavía se atreven a regañarnos por ser tontitos y supersticiosos con la minería.

COPAE