La empresa gallega Hidralia Energía es la responsable de la construcción del proyecto Cambalam, que no cuenta con el consentimiento de las comunidades en cuyos territorios se pretende levantar una hidroeléctrica.
El conflicto, que ya en 2012 desembocó en una declaratoria de estado de sitio, se ha cobrado dos muertes (un comunero y un policía), varias personas heridas y el encarcelamiento de varios dirigentes comunitarios.