“Los impactos y riesgos sociales potenciales (de la hidroeléctrica de Barillas) son limitados… debido a su pequeño tamaño… los efectos adversos son en su mayor parte reversibles y manejables por las medidas de mitigación. El proyecto es visto como generador de importantes impactos socioeconómicos. El proyecto es socialmente consciente y ha puesto en marcha un grupo de trabajo que se ocupa de la comunidad local. No hay ningún conflicto con las comunidades locales y tiene un fuerte apoyo entre los grupos locales y nacionales. No será necesaria la reubicación. En la actualidad todos los permisos y licencias necesarias están en su lugar” (1), afirma en 2010 un documento de la Corporación Interamericana para el Financiamiento de Infraestructuras, CIFI.
Este informe, plagado de falsedades (la responsabilidad ambiental y social, la ausencia de conflicto) y omisiones (la oposición comunitaria a la hidroeléctrica) justifica el apoyo financiero: la CIFI aprueba ese mismo año un préstamo de hasta 10.7 millones de dólares para Hidro Santa Cruz.
Este informe, plagado de falsedades (la responsabilidad ambiental y social, la ausencia de conflicto) y omisiones (la oposición comunitaria a la hidroeléctrica) justifica el apoyo financiero: la CIFI aprueba ese mismo año un préstamo de hasta 10.7 millones de dólares para Hidro Santa Cruz.
Andrés Cabanas
"memorial de guatemala"