La edición de Prensa Libre del pasado 4 de Marzo, en su primera plana, destaca la noticia de que las cámaras empresariales de ocho países, en un bien orquestado coro, piden al Gobierno que declare el Estado de Prevención en todo el país. Es decir, que suspenda las garantías constitucionales y los derechos de toda la ciudadanía.
Esta demencial solicitud la encabeza un señor llamado Rafael Briz, quien, según informa el matutino, funge como presidente de la Cámara Oficial Española de Comercio de Guatemala. El artículo informa que, entre las empresas que plantean la petición figuran las multinacionales.
En primer lugar, esta absurda solicitud debe calificarse como una grave agresión a la soberanía nacional. No es competencia de las empresas extranjeras, en absoluto, el hacer planteamientos semejantes ante el Gobierno nacional. Las cámaras empresariales foráneas, sean del país que sean, no deben, bajo ninguna circunstancia, entrometerse en los asuntos de política interna propios de aquellos países que les abren sus puertas para que ellos hagan sus jugosos negocios. Aquí no están, ni deben estar, facultadas para pretender convertirse en rectoras del rumbo por el que debe transitar el pueblo de Guatemala.
Si el mentado señor Briz, (cuya nacionalidad desconocemos pero que habla en nombre de empresas transnacionales españolas), quiere pedir un Estado de Sitio, pues que lo pida en el Peñón de Gibraltar o en la Conchinchina, pero que no venga esa Cámara de Empresarios españoles a meterse aquí en terrenos en los que nadie la ha llamado, en los que, desde las organizaciones populares del país no es bienvenida y que, además, para nada le corresponden.
¿Qué dirían, por ejemplo, los catalanes, los madrileños, los valencianos o los vascos si delegados del CACIF, de la Cámara del Agro o de Pollo Campero fueran a pedirle al Presidente Zapatero o al Rey Juan Carlos que decrete el Estado de Sitio en todo el territorio español? De seguro que, con todo derecho y razón, los mandarían por un tubo, de vuelta a Guatemala, con tiquete de ida y sin retorno.
Esta inaceptable intromisión de las cámaras empresariales extranjeras y de las multinacionales en terrenos que, a todas luces, no les corresponde inmiscuirse, no es cosa nueva. Tiene, en la historia del país, nefastos antecedentes. Recordemos, a modo de ejemplo, la participación abierta y comprobada de la United Fruit Company en la invasión armada que, en 1954, puso fin a los 10 años de la Revolución de Octubre y, con ello, sumergió a Guatemala y a su pueblo en el período más oscuro y doloroso de su historia contemporánea.
En segundo lugar, la petición, además de injerencista, debe calificarse como un inmenso disparate. Porque está demostrado que, tanto las estructuras de la policía como las del ejército, están hoy profundamente penetradas por las poderosas bandas del crimen organizado. En días recientes el propio exministro de Gobernación ha denunciado públicamente la existencia de bien armadas bandas de sicarios dentro de las filas de la fuerza pública. Hay dos exjefes nacionales de la PNC presos, por sus vínculos con el narcotráfico y con otros negocios ilícitos. Y es a esas fuerzas venales, corruptas, a quienes las cámaras empresariales extranjeras, encabezadas por la de España, buscan fortalecer y convertirlas en rectoras de la vida nacional.
“Este clima de inseguridad que se vive en Guatemala es dramático. Día a día hay asesinatos y delitos y no se pone un hasta aquí; cinco ministros de Gobernación en tres años de gobierno es demasiado. Deben tomar medidas drásticas para terminar con la criminalidad, porque continuaremos perdiendo inversiones”, afirmó Briz. (cita textual tomada del artículo de Prensa Libre).
Pues para solucionar la inseguridad imperante, la Cámara de Empresarios de España, junto con las de otros países, proponen, ni más ni menos, poner la llave en manos de los ladrones. Propone declarar un Estado de Sitio en todo el país, es decir, darle más poder, de costa a costa y de frontera a frontera, a quienes hoy siembran violencia, zozobra y luto, amparados por un manto de impunidad bajo el cual se cobija todo tipo de atropello contra los derechos del pueblo.
Lo alarmante es que, ante esta impertinencia, el vocero de la Presidencia de la República, Rolando Robles, se apresura a declarar, de manera oficial, que el Ejecutivo ve la medida como “absolutamente viable”. Es decir, que lejos de hacer valer la soberanía nacional y mandar a estas cámaras extranjeras a freír churros, las acuerpa y afirma que la postura de estas cámaras se respeta.
Peor aún cuando hace saber al país que ya están analizando, desde el Ministerio de Gobernación, las vías para implementar el Estado de Prevención que les ha sido solicitado.
“Con el nuevo ministro de Gobernación —Carlos Menocal— se hace un análisis mucho más profundo para conocer las áreas rojas y si es propicio plantear estado de prevención, pero ese tipo de datos se reservan hasta que el Ministerio los concrete”, añadió Robles. (cita textual tomada del artículo de Prensa Libre).
Para entender bien esta situación, incluido el hecho de que es la Cámara Oficial Española de Comercio de Guatemala la que lleva la voz cantante, resulta necesario tomar en cuenta algunos antecedentes inmediatos.
1.- El pasado 25 de Febrero el Gobierno amplió, por quinta vez consecutiva, el Estado de Sitio en el Departamento de San Marcos, medida que está vigente desde al 22 de Diciembre del 2009. Sobre esta medida, también el matutino Prensa Libre, en su edición del 26 de Febrero, informó lo siguiente:
El Gobierno ha impuesto el estado de Prevención para que restablezca por completo el servicio proporcionado por la empresa española Unión Fenosa a través de su concesionaria Deocsa, y para que los usuarios de cinco municipios … puedan pagar por cuotas las facturas pendientes.
Está claro, pues, que el Gobierno ha venido prolongando ese Estado de Sitio en beneficio exclusivo de la transnacional Unión FENOSA. Ha lanzado al ejército y a la policía nacional a las calles, con todo su equipamiento bélico, para que trabajen como cobradores de las facturas de energía que, con toda razón, el pueblo se ha negado a pagar.
No se trata, pues, de un Estado de Sitio para combatir la violencia, sino, por el contrario, más bien para emplearla en contra de la legítima resistencia popular.
En este caso, (como en otros similares que han ocurrido), el país es colocado en calidad de testigo forzado para que mire cómo el Gobierno sirve a los intereses de esta empresa extranjera, pasando por encima de los derechos del pueblo y atropellando, de manera flagrante, su propia condición como servidor de los intereses de la población.
El Gobierno suelta sus perros de la guerra y los lanza con la misión de sembrar terror en San Marcos para favorecer a Unión FENOSA.
2.- Ante esa realidad que se le impone a la comunidad marquense, de manera inmediata la solidaridad entre los pueblos se ha hecho presente, tanto en el plano nacional como en el internacional.
A la huelga de pago de las facturas de energía eléctrica, iniciada más de un año atrás por los vecinos de San Marcos y sus organizaciones, aceleradamente se han ido sumando miles de otras comunidades en todo el territorio nacional. La cantidad de familias que se niegan a pagar el robo mensual del que han venido siendo víctimas crece a diario.
Esto conduce a que Unión FENOSA se alarme al encontrarse con una resistencia que ya no puede focalizar sólo en San Marcos, sino que se ha extendido a todo el territorio nacional. Necesitan, pues, la extensión de cobertura del Estado de Sitio. Por ello, no sorprende, en absoluto, que sea la Cámara Oficial Española de Comercio de Guatemala la que encabece la solicitud de decreto de Estado de Prevención en todo el país.
Pero la solidaridad también crece y se multiplica en el ámbito internacional. Cada día son más las organizaciones hermanas que, sobre todo en la propia España, alzan su voz junto al pueblo de Guatemala y claman activamente por la inmediata salida de Unión FENOSA de suelo guatemalteco. Esto, obviamente, causa enormes molestias a los empresarios españoles y a sus cipayos locales. En consecuencia, buscan afanosamente la declaratoria de una medida de cobertura nacional que, según sus equivocados cálculos, les permitiría poner un alto a la cruzada popular emprendida en su contra.
La petición para la declaratoria de un Estado de Sitio en toda Guatemala que plantean las cámaras empresariales extranjeras no obedece, por lo tanto, a que las transnacionales estén preocupadas ni una pizca por la violencia imperante en el país. Con su solicitud no buscan seguridad para sus funcionarios ni, mucho menos, para el pueblo. Esos alcances para nada les importan. Lo único que pretenden es darle seguridad a sus inversiones y a sus jugosas ganancias. Lo único que buscan es que el Gobierno actúe contra el pueblo para garantizarles que sigan sangrando a Guatemala como los vampiros sedientos de sangre que han mostrado ser.
A estas empresas transnacionales lo que menos les importa es la vida. Su única preocupación es el dinero. En sus propias declaraciones así lo confiesan: “Deben tomar medidas drásticas para terminar con la criminalidad, porque continuaremos perdiendo inversiones”. Que no nos vengan, pues, con que les alarma la violencia, con que quieren poner un alto a la criminalidad. Que no pretendan encubrir sus verdaderas intenciones, porque nadie en Guatemala les va a creer sus lloriqueos. Si Ustedes mismos, señores de los consorcios, han acudido al crimen, en múltiples formas, cuando se trata de salvaguardar sus intereses.
3.- Para comprender la disparatada solicitud de Estado de Sitio, no podemos olvidar que el Presidente Colom, como primera gestión formal una vez que resultó electo en Noviembre del 2007, se fue inmediatamente para España, no a reunirse con el Estado español, sino a reunirse con los representantes de Unión FENOSA e de Iberdrola. Así lo informó, en su momento, Prensa Libre, en su edición del 27 de Noviembre del 2007.
Allá, los inversionistas solicitaron al próximo gobernante que se mantengan las condiciones de inversión, certeza jurídica y estabilidad para ejecutar sus proyectos. Y Colom, en su condición de Presidente Electo, les ofreció que trabajará por garantizar la seguridad de las inversiones y solucionar problemas de burocracia.
Es ese el compromiso con el que Colom está cumpliendo al prolongar, por cinco veces consecutivas, el Estado de Sitio en San Marcos. Es el “garantizar la seguridad de sus inversiones” lo que las cámaras extranjeras, con la de España a la cabeza, reclaman del Gobierno. Si en su demanda hablan del peligro en que se constituye la violencia nacional, lo hacen, simple y llanamente, para enmascarar sus verdaderas intenciones. Su clamor por la violencia sólo puede calificarse como lágrimas de cocodrilo.
Sería importante conocer, a través de la Embajada de España y de las de los otros países que, quizás por incautos han sido arrastrados hasta este vergonzoso sainete, si en esa solicitud se expresa la voluntad política de sus respectivos gobiernos.
En todo caso, Unión FENOSA debe saber, a ciencia cierta, que con Estado de Sitio o si Estado de Sitio, la lucha del pueblo guatemalteco y de sus legítimas organizaciones seguirá adelante hasta lograr la nacionalización de la energía y, con ello, la expulsión de esa empresa del suelo patrio.
Su invocación al terror no nos amedrenta. En absoluto. Por el contrario, nos ratifica en nuestra convicción de que, con transnacionales como esa, no hay cabida a ningún espacio de diálogo o de negociación.
A los dueños de Unión FENOSA, quienes están cómodamente instalados allá en su hermoso edificio en Barcelona, lucrando con los dineros que roban al pueblo de Guatemala, sirviéndose del Estado de Sitio que el Gobierno les ha concedido en San Marcos y pretendiendo extenderlo al resto del país, multiplicando el hambre, la desnutrición y la cólera social en Guatemala, les recomendamos que saquen sus garras de estas tierras. Que se vayan. Que aquí el pueblo no se rinde.
Ustedes, los dueños de Unión FENOSA, se han teñido ya las manos con sangre de nuestro pueblo. Los nombres de Víctor Gálvez, de Evelinda Ramírez, de Pedro García y de Octavio Roblero les mancharán sus conciencias por siempre. Su alianza evidente con bandas de sicarios y de narcotraficantes no podrán lavarla con los millones de billetes que a diario esquilman a nuestro pueblo. Su pretensión de hacer del terror el arma que les asegure sus inversiones es vana. Aquí, en Guatemala, el terror nunca ha logrado detener las luchas del pueblo, y no lo logrará tampoco ahora.
Váyanse. Es lo que más les conviene. Y váyanse cuanto antes, porque, más temprano que tarde, aquí en Guatemala van a ser derrotados por la dignidad y el decoro del pueblo.
Váyanse. Aborden la Niña, la Pinta y la Santa María y regrésense a Puerto de Palos, desde donde nunca debieron de haber salido. Aquí, desde el pueblo, nadie los llamó y nadie los quiere.
Váyanse por las buenas, en lugar de pretender quedarse por las malas.
Frente Nacional de Lucha