Al igual como lo hicieron cuando este territorio fue presa del capital alemán o del capital belga. Así, hoy el capital transnacional aliado al capital nacional sigue rompiendo el tejido social comunitario, sin importarle que esto pueda causar muertes y daños profundos en la vida de los pueblos indígenas de la región.
Las comunidades q’eqchi y poqomchi hoy siguen defendiendo lo poco que les queda, porque es su vida y su futuro. Pero esta forma de vida, hasta el momento no ha sido atendida ni entendida por los grupos de poder existentes, y a fuerza de todo, teniendo el aparato estatal a su favor, hacen y deshacen con la vida de las comunidades.
Kajkoj Máximo Ba Tiul/Siwan Tinamit
Rebelión
Prensa Libre
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