Es un tema que se tornó álgido desde el período de Álvaro Arzú, en cuyo mandato, el 16 de Octubre de 1996, se aprobó la Ley General de Electricidad, mamotreto jurídico que permite a las autoridades, entre otras cosas, concede la distribución y generación de energía a empresas privadas. Empezó, desde ese entonces, un peligroso proceso bajo el cual dos grandes transnacionales han buscado, igual que los vampiros, cómo sangrar las venas de las familias guatemaltecas, para beneficio propio. Se crearon, pues, Econdiciones objetivas para el desarrollo de un conflicto social de alta envergadura, que lo pagarían, como siempre, los sectores populares de toda Guatemala.
Vino, pues, Unión Fenosa. Ésta empresa, desvinculada de capital nacional así como ajena a intereses nacionales, se dedicó a la obtención de jugosos dividendos, por vías lícitas e ilícitas.
Frente Nacional de Lucha